NIETO CALDERON, CLARA
«Escribe tu vida, le dijo muchas veces su amigo el corresponsal del New York Times,
Tad Szulc. Eso fue hace tiempos. Ahora, desde la socarronería de sus 94 años (nació en
1925), animada y rodeada por sus colegas y amigos en Colombia, y por sus hijos, la
periodista y diplomática bogotana Clara Nieto Calderón se sentó a escribir. Durante
ocho meses repasó apuntes, fotos, documentos, y preguntó y conversó. Total, estas son
sus memorias.
»Clara Nieto creció en un hogar de políticos liberales, de cuando los liberales eran
liberales; y en un ambiente de cautivante circulación de ideas, de amistades
interesantes y de actividades sugestivas. Que es oligarca, deja testimonio este libro:
medio Bogotá, es decir, una parte del endogámico establecimiento dueño del poder, es
pariente suyo. Todos le dicen tía.
»En su defensa se puede anotar que ella hubiera podido quedarse solo jugando bridge,
pero se convirtió en periodista. Si a su padre, el columnista LENC, Luis Eduardo Nieto
Caballero, lo censuró la dictadura de Rojas Pinilla, a ella la censuró el mismísimo
Eduardo Santos, dueño de El Tiempo, por escribir contra la Justicia que perdonaba el
feminicidio mientras que, para la mujer que matara al marido, no había impunidad.
»Le quedó estrecho ese mundo bogotano tan acotado por las montañas de los Andes y
optó por volar. Les llevó la contraria a casi todos, en asuntos varios que, en parte, aquí
se relatan. Fue amiga de Fidel Castro y Gabriel García Márquez la buscaba para hablar
con ella apenas arribaba a La Habana, donde ella fue embajadora de Colombia y
representante de UNESCO. Noam Chomsky es su cercano amigo.