OCAMPO ZAMORANO, ALFREDO
El Duende del Saladito, esta región cercana a Cali, llega a conmemorar la salsa, se convierte en guarapo y caña brava en cada palabra. Alfredo Ocampo Zamorano, como buen poeta caleño, siente bullir en su sangre el ritmo de la salsa, recuerdo de aquellos diciembres de su Cali pachanguero. Y como muy bien lo dice en Ritmo en salsa al ojo del Duende, la salsa corresponde a la forma de su alma, y es ritmo que lleva en sus muslos, y lo mueve al compás de trompos y tambores, y marca su paso con el fuego de las ceibas y las aguas del río Cali.